Claudia Möller Recondo
La Univesidad de Salamanca, una de las 'cuatro lumbreras' de la universitas christiana, y 'la perla más brillante' de la corona española, era -a principios del siglo XVI- una institución que comenzaba a despuntar como un polo de poder en el marco más amplio de la monarquía confesional de Carlos I. En este sentido, sus relaciones con la corona pasaron por varios estadíos, desde el acuerdo o la colaboración, hasta enfrentamientos importantes que se dieron tanto en los claustros universitarios, como en la Corte y hasta en el campo de batalla. En una primera dimensión la lucha por el monopolio del saber fue una constante para ir construyendo un campo de contrapoder que ubicó a la universidad, pero sobre todo a sus profesores, estudiantes, oficiales y autoridades en una encrucijada clave para la Edad Moderna: las Comunidades de Castilla. Familias de poder del entorno salmantino, que extendían sus influencias y redes en las distintas instituciones locales y cortesanas, entre ellas la propia universidad, formaron parte de un momento histórico que mostró -como pocos- cuánto el poder quizo saber y cómo el saber pudo: la Universidad se alzó con el monopolio del saber -aunque con Felipe II hubo una suerte de interregno- y construyó un poder alternativo que la hizo ingresar en el cuadro más amplio de las relaciones y tomas de decisiones dentro de la monarquía. Comuneros y universitarios muestra las dos dimensiones del hombre renacentista encarnado aquí por los salmantinos: omes sabidores y homini factiosi confluyeron en las personas de quienes primero detentando el saber lo pusieron al servicio de una causa revolucionaria que desde entonces exige comprender las direcciones del poder desde otras perspectivas. 4